El agua es un elemento fundamental para la vida, y la sociedad por fin empieza a ser consciente de que no es un recurso ilimitado.
A lo largo de la historia el ser humano ha hecho un uso irracional del agua, pensando que ésta no podía agotarse nunca y que la contaminación no le afectaba, regenerándose de forma autosuficiente sin causar daños.
La Directiva Marco del Agua, del año 2000, establece que hay que partir de que el agua no es un bien comercial, sino un patrimonio que hay que proteger, defender y tratar como tal. Además afirma, que el abastecimiento de agua es un servicio de interés general.
Hoy en día el agua ya no se ve únicamente como un recurso a gestionar, sino como un bien a proteger y que hay que usar de forma racional, aplicando medidas que ahorren y utilicen mejor la cantidad de agua disponible, devolviéndola al medio natural para su reutilización.
Solo tenemos que mirar los datos que nos ofrece la OMS (Organización Mundial de la Salud) para darnos cuenta que el agua se ha convertido en un elemento imprescindible en nuestra vida cotidiana. Algunos de estos datos son por ejemplo: el hecho de que al año mueren más de 502.000 personas por consumir agua contaminada, o la predicción de que para el año 2025 más de la mitad de la población mundial sufrirá de escasez de agua.
El agua potable, para que pueda ser utilizada para fines alimenticios debe estar totalmente limpia, ser insípida, inodora e incolora y tener una temperatura aproximada de 15ºC; no debe contener bacterias, virus, parásitos u otros gérmenes que provoquen enfermedades. Además, el agua potable no debe contener cantidades de sustancias minerales por encima de los límites establecidos.
Junto a la escasez, el agua contaminada es otro preocupante problema que afecta a gran parte de la población. Diarrea, cólera, tifus o fiebre tifoidea son algunas de las enfermedades que puede provocar el consumir agua contaminada. Esto debería de servirnos para darnos cuenta de la importancia del agua y llevar, por tanto, un consumo responsable de la misma.
Es por eso que te presentamos algunas recomendaciones para hacer un uso responsable del agua:
1. Utiliza electrodomésticos con la etiqueta de energía eficiente, y cuando los utilices intenta que su consumo de agua sea a corto plazo.
2. Para controlar la cantidad de agua de los grifos, compra caudales que son muy fáciles de instalar y además necesitan de poco ciudado.
3. En cuanto a los inodoros, intenta no tirar toallas o cualquier otra cosa que pueda atascarlos, y que supondría un gasto extra de agua.
4. Asegúrate de cerrar bien los grifos!
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